No creí que volviera a encontrate
maldita negrura que oprimes los días
parecías vencida, caída por siempre
y hoy te sorprendo robándome el alma
hurtando las horas de la eterna noche.
Me pillas herido, de lucha cansado,
carente de la fuerza que tuve a mi lado
rendido de risas, de vuelta de todo
sabiendo el mal que emponzoña mi vida.
Cóbrate en mí lo que quieras
no pido más que no juegues conmigo
que si he de acabar, sea presto el camino
y si en sufrir te complace el recreo
me des fuerzas para complacerte cumplido.
Depresión: tu nombre da asco
arcadas de miedo al profundo vacío
eres amante vampira, por mi repudiada
eres letrina que hiede y amarga… mi sino.
De presiones se llena la vida
ResponderEliminaremergiendo entre la vil negrura
cuando la luz no se vislumbra
si la fuerza decae en la espesura.
Pero la luz, aún exigua, es eterna,
permanece su brillo en el interior
como el fulgor de la luna llena
aunque hoy no sea llena, sino nueva.
Mañana brillaras como una estrella
con la llama viva y deslumbrante
que alberga tu luz, tan especial como única.
Brillaré y, hasta entonces, dormir quisiera
ResponderEliminarpara luego despertarme y soñar contigo
iluminado por el fulgor de tu presencia
y al calor de tus suaves brazos protegido.
Luciré en lo más alto de tu cielo, en el norte
sabiéndome otra vez especial entre tus besos
y al verme libre de este temor tan acuciante
te entregaré gustoso mis deseos más aviesos.