jueves, 4 de octubre de 2012

Y ahora que te busco

Y ahora que te busco suplicante
me encuentro asido a tu recuerdo,
gozándote entre ayeres luminosos,
oyendo tu plegaria entre gemidos.

Eres lo poco que me queda de alegría
y no me canso de revivirte, abrazada;
eres la aventura equinoccial tan deseada
mujer plena, de sensaciones sinfonía.

Te escribo mis versos en este instante
en las horas que se repiten anodinas
cuando el futuro se revela zozobrante
y las sombras se me adhieren concubinas.

Has de saber que no cederé en desearte
por más que la vida me pretenda doblegado
pues soñarme el cuerpo por tu boca cincelado
es, de tu presencia, el más fuerte baluarte.

1 comentario:

  1. Sus versos conmueven,
    excitan y erizan
    cada poro de la piel
    abierta a su cincel.

    Afurtunada la mujer
    que recibe de su boca
    la misiva de un ayer
    batido con la sal de las olas.

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