Podría describirte sin palabras
con el solo asentir de mi sonrisa;
podría reconocerte en un esbozo
que tuviera tu cuerpo por motivo.
Podría dibujarte yo, furtivo,
cada parte de tu ser con mil sonidos
armónicos compases fraseados
en los acordes que solfean tus gemidos.
Podría componerte sinfonías
con las notas musicales de mis dedos
colocadas en cromáticas viñetas
con el mimo de los sueños pinceladas.
Podría interpretar tus sentimientos
y modelar tu vida si quisieras
con diseños de frenéticos encuentros
perpetrados con permiso del destino.
Podría acabarte en un boceto
aun sabiéndote la obra de otras manos,
que las mías son solícitas sirvientes
dispuestas a tomar lo que yo quiero.
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