Mi amante es diosa de deseo
gema que brilla, bello diamante,
yegua veloz de orgasmos recorrida
y de mis ingles amazona poderosa.
Mi amante es la reina de las zorras
un ángel con el fuego de mi semen esculpido
una boca que me enloquece con sus labios
y su lengua perfilando el tallo de mi verga.
Mi amante es señora entre las damas
exquisita y bella, regalo de los cielos
distinguida con el don de su mirada cristalina
que ilumina el gris oscuro de mi ahora.
Mi amante es color de primavera,
calor de las noches desnudas del estío
suave abrigo de su piel cuando invierno frío
y de otoño el romance de una cita clandestina.
Mi amante es la vela que titila
consumiéndose testigo de una cópula gozada
al albur de las llamas de sus manos
resbalando hasta mi sexo de ella henchido.
Mi amante es zozobra de su ausencia
que por verla todo mi pasado yo daría
y hasta empeñaría mi crédito de hombre cauto
si con ello otra velada entre sus brazos obtuviera.
Mi amante es más que todo esto:
es todo lo que yo quisiera y no puedo…
pero también la razón por la que ya he podido.
Afortunada su amante,
ResponderEliminarsin duda, Amatista,
por tenerle tan cerca
tan dentro del cuerpo,
clavado en su vientre
mientras refulge el verde
en su mirada ardiente.
EliminarRosaida:
mi amante es cuerda locura que me ata a la vida; no he más fortuna que la inmensa suerte de haberla conocido.