Hoy quiero ser tu arroyo
y deslizarme, sinuoso,
entre tus pechos deliciosos,
volcánicos lugares de magma petalino.
Quiero estancarme
en los meandros de tu pubis,
montículo y parnaso de mi eros,
y beberme el rocío de tu esencia.
Quiero llegar hasta tu clímax
ese perlado momento jadeado
que en tu boca me sabe a cielo.
Quiero comer de tu sonrisa,
cabalgar todos tus susurros
y decirte amante vaciándome en tu boca.
Hoy quiero que llegue ese momento
y que no pase, que se quede para siempre
para no tener que recordarlo
para ser tu arroyo de semen blanquecino.
Siempre perdurará
ResponderEliminarel recuerdo del encuentro
que la lujuria incitó
entre velas y ribera.
Lenguas apasionadas
que abrazan y rozan,
manos ansiosas
que exploran y tocan
Y cuerpos que danzan
al son de la música
reflejados en espejos,
entre sábanas mojadas.