viernes, 11 de enero de 2013

Canto a mi musa, con voz ajena (y una adenda versátil)





Este fue nuestro Parnaso; luego fue tu Venus, mi monte favorito


Hoy te canto con voz ajena,
que la mía se me quiebra
al fundirme en el recuerdo
de las horas en acuerdo
en que fuiste tú mi hembra
y yo para ti, sabrosa cena.

–––––––––––––––––––––––
 
TIEMPO DE AMOR
(escuchar)

Voy a contar
la historia de una vida
fundida en una tarde
que pasé con ella
en esa mesa de un café.

Todo llegó
al lado uno del otro
son bellos esos ojos
que encontré
las manos van contandose
el ayer.

Hablar, arrancar de unos silencios,
la ilusión que quedó dentro
ya empezó todo a vibrar.
Jugar a romper los juramentos
olvidandonos de tiempo
despertar la realidad.
Despues rozar una verdad
los dos sabemos que al final, se irá...

Tiempo de amor,
que pudiera haber sido
pero jugó el destino
con los dos
y ella nunca más se despertó...

Tiempo de amor
que siempre alimentamos
y hasta lo imaginamos
sin dolor.
Fundidos con la tarde
y luego adiós

Hablar, arrancar de unos silencios
la ilusión que quedó dentro
la ilusión que quedó dentro
ya empezó todo a vibrar.
Jugar a romper los juramentos
olvidandonos del tiempo
despertar la realidad.
Despues rozar una verdad
los dos sabemos que al final
se irá...

(Víctor Manuel Martín Rubio y Jesús de Diego Nieto)








ADENDA
(para leer a un minuto de ser otro día diferente y anodino)


 A medianoche ya estaba todo dicho
expresado con la furia de tu cuerpo sobre el mío
retorciéndose bailándome fogoso
haciéndome gritar por tu arte envenenado.

Conseguiste que me fuera en tus entrañas
sintiendo la calidez de la boca de tu sexo
tus labios resbalando en la barra de mi hombría
susurrando mi nombre mientras esperabas mi corrida.

La magia se instaló en aquella nuestra cama
que aunque ahora duela, será infinito su recuerdo
la magia que trajiste sublimando nuestro encuentro
transformándolo en el epílogo de los que tanto se buscaban.

Amante era yo de ti en aquel momento
y tú de mí la mujer que más quería entre mis brazos
la hembra más jodidamente seductora y atractiva
la dueña de mis
queridas fantasías.

Hace hoy un año ya de eso 
y el tiempo va cubriendo con su paso aquella tarde
en nosotros está que su patena no lo oculte

en nuestras ganas de volver a ser… lo que allí fuimos.

Más tu silencio es una daga traicionera
que desgarra mis adentros encelada en la diana de mi alma

pues constatar que no quieres ya mis nuevas me mata, todavía,
pero saber que no puedo olvidar es la peor penitencia de mis días.


 

2 comentarios:

  1. Cena, grana y ambrosía
    que el recuerdo
    acerca a los sentidos
    con la dicha de la buena,
    porque en el olvido
    tan sólo quedaría
    si hubiera sido
    forzado y altivo
    en pos de la hipocresía.

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    1. Allí la hipocresía hubiera muerto
      de ver tanta verdad desnuda
      tanto sentimiento al descubierto
      y tanta caricia cierta y tozuda.

      No hubo doblez, que era querido
      ese encuentro de amantes tan lejanos
      no por mor, no, de lance repetido
      sino por todos sus preliminares tan bacanos.

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