martes, 10 de julio de 2012

(T)oda a mis amigos (que tanto dicen quererme)

Vuestros actos desembozan las palabras,
descubren las más bellas y exóticas quimeras
las promesas pronunciadas, zalameras,
las floridas excusas con ramos de sonrisas entregadas.

Lo que decís no es siempre verdadero,
un "no tengo tiempo", a ver si cuela, agradecido,
o el "ahora mismo iba a hacerlo" socorrido
siempre puede sacaros del molesto atolladero.

Un día tiene miles de minutos y más una semana;
es difícil creer que a quien decís que os importa
no haya para él un solo momento, una frase corta,
un miserable instante y fugaz de su vida cotidiana.

Todos conocemos y tiramos de estos ardides
por ello nunca podréis engañar lo suficiente:
cada hecho jerarquiza sin tapujos a la gente
y os desnuda enteros al mostraros en tales lides.

¿Qué presencia invocáis cuando tenéis un problema?
¿A quién os falta el tiempo para contestar una misiva?
¿Con quién os urge compartir con pasión, sin mostrar flema?
En la respuesta está la verdad y el resto es… evasiva.

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