De tu mano no tengo noticias
y en tu mano está mi futuro...
Cuéntame otra vez ese cuento,
el que tanto me gustaba,
que tu voz me hipnotice
para no sentir dolor
mientras estrangulas mi ilusión.
La mano me acariciaba
y el puñal de la desidia
en mi corazón ingenuo
su agudeza me clavaba.
De tu mano, ejecutora,
solo se de tu callada.