He soñado

He soñado
que mis manos resbalaban en tu cuerpo
avanzando al compás de tu deseo
recorriendo tu vestido,
procurándote desnuda
entregada a mi tacto sinuoso
esperando que la pericia de mi lengua,
augurio y húmeda sierpe placentera,
acaricie la sagrada perla de tus ingles.

He soñado
que tú me deseabas con locura,
bailando iluminada por las velas
orientales danzas de lascivia,
cómplice de la lámpara de luz rojiza
metafórico color de mi pasión incontenible.

He soñado
que juntos a soñábamos este sueño,
de un hombre lejano que te anhela
esclavo del fuego de tu boca
de tu forma de excitarme con tus juegos,
de cómo me llevas hasta el cielo,
de cuando te oigo gritar mientras te vienes.

He soñado
y se que todo ha sido cierto:
en mi cuerpo,
huellas imborrables de tus manos
y en mi alma, amante,
hay señales infinitas de tus ojos.

Muero por oírte

Muero por oírte,
por tus cosas muero
por cada instante
que no paso contigo
y de tu boca quiero
escuchar cómo ha sido
lo que sientes,
lo que piensas,
lo que vives cada día
mientras por oírte muero…

Verde

En el agua, verde;
el color de tu mirar
en el mar, se pierde.         

Verde, tiñes mi futuro
si conmigo te pienso
en tu mañana verde.

Tu sonido, verde,
despierta mi celo
que tu cielo mece.

Verde de tu vida,
mi recuerdo verde
por desnuda verte.

Verdes tus besos
de mujer en flor;
verdes son tus labios
al comerme, amor.

No te canses

Paisaje desnudo de ti:
lenguas de roca blanca
refulgen contra el sol,
penetrantes,
desafiando al mar
mientras este lame su dureza.

Y tú en mí,
en cada pensamiento,
en el cálido abrazo de la noche
al paseo de mi ser por su penumbra,
guarecido
para que nadie me robe tu recuerdo.

No temo a tu ausencia:
he aprendido a viajar con tu cariño,
hombre y nauta,
navegamante de tus sueños clandestinos,
piloto en tu erografía apasionada.

No hay viaje más hermoso
que el que ansioso recorro
para perderme con tus besos,
parada última de los días
que jalonan el otoño de mi vida.

Te quiero, sí,
pero no te canses de saberlo.

Te prometo… azul

Te prometo azul,
reflejo marino del cielo,
índigo de brisa
iluminado por mi sol.

Te prometo azul,
cromático matiz de mi mirada,
bóbeva del éter infinito
refugio de tus lágrimas salinas.

Te prometo azul
con tu verde si quisieras,
pintados a pincel por el deseo
que modela nuestros sueños.

Te prometo azul,
del color mismo de mis ojos,
de celeste y gris maduro
cuando los enciendes con tus besos.

Te prometo azul
y azul seré yo siempre,
pera rimar con la vida de tu cuerpo
para nacer en la noche entre tus sueños.

Insomne

Borracho,
ahíto de ginebra y de cerveza,
ciego de alcohol
esperando a la mañana,
aguardando el sinsabor
entre recuerdos vomitados.

Ebrio de asco
de un futuro insoslayable
repugnado y disconforme,
hermético, jodido,
incrustado en mi genoma
compañero de por vida.

Son las tres y hasta el alba
todo queda, por delante:
el castigo prometido
por borracho…
y por farsante.

Exhibicionismo

El alba me pilló desprevenido
desnudo, sin tapar mi soledad,
y unos ojos, curiosos y atrevidos
me atraparon con brutal intensidad.

Me exhibo ante ellos, generoso
buscando excitarme con su encuentro
más este húmedo ambiente calinoso
les impide con su luz llegarme adentro.

¿De quién me llega esa mirada
que tanto intriga, que tanto tienta
llenando de inquietud a mi alborada?

Pregunto en vano, inútilmente,
pero sentirme centro de la visual diana
me complace y me pone… muy caliente.

Pensatumientos

Miro.
Una ventana de recuerdos.
Abro.
Unos recuerdos sin destino.
Pienso.
Un destino en el mañana.
Vivo.
Un mañana imaginado.

Imagino.
Tu cuerpo en la ventana.
Recuerdo.
Como abriste mi destino.
Espero.
Vivir contigo otro mañana,
volver pronto a pensar…
en tu mirada.


Me haces pensar

y eso es tan bueno…

Fuego de tu recuerdo

Me encienden tus letras
abrasando mi piel,
huérfana de tus besos.
Me encienden, sí
al hallar el vacío de tu ser
cuando mi distancia
es un muro infranqueable.
Me llegan tus palabras
y me queman,
flamígeras agujas en mi cuerpo
de tanto como sufro
cuando soy consciente de tu ausencia.
Me enciende cada frase
de tus relatos tan ajenos
por tratarlos como míos
y llenarme, con ellos, de recuerdos.
Me encienden tus recuerdos,
y me quemo… porque te siento.

¿Y si los abro?

Puedo mirarte
con los ojos cerrados
y, crédulo e insensato,
junto a ti me veo;
pero no es así…
y entonces los abro.

He de vivir, lo se,
y yo soñar la vida quiero,
desafiar lógica alguna
contemplándome desnudo
en el espejo de tu alma.

Puedo mirarme 

en el espejo de tu alma;

tengo los ojos cerrados

y una pregunta me asalta:
¿y si los abro?

Ja y Q

Río, no lloro;
lloro cuando no río:
quiasmo en el agua.